Tensión entre Colombia y Perú por isla en zona amazónica

La tensión diplomática entre Colombia y Perú se intensificó luego de que el presidente colombiano, Gustavo Petro, acusara al gobierno peruano de ocupar territorio colombiano en la Amazonía. Las declaraciones fueron realizadas en su cuenta oficial de X, donde también cuestionó la creación del distrito de Santa Rosa de Loreto, aprobado por el Congreso peruano.
Según Petro, esta decisión representa una violación al Protocolo de Río de Janeiro, firmado entre ambos países, al establecer una administración formal sobre la isla Santa Rosa, una zona que, según él, no ha sido oficialmente asignada. Además, advirtió que se utilizarán canales diplomáticos para “defender la soberanía nacional”.
La respuesta de Perú fue inmediata. A través de un comunicado, su Ministerio de Relaciones Exteriores expresó “su más firme y enérgica protesta”, reafirmando que la isla en cuestión se encuentra dentro de su jurisdicción, conforme a los tratados de límites internacionales suscritos en 1922 y las labores de demarcación bilateral posteriores.

La Cancillería de Colombia, por su parte, explicó que la isla Santa Rosa es una formación geográfica surgida después de 1929, por lo que su asignación territorial aún no ha sido determinada oficialmente. En consecuencia, cualquier adjudicación debería hacerse mediante acuerdo entre los dos Estados, siguiendo el marco legal vigente.
El conflicto no es nuevo. En julio de 2024, ya se había generado un impase similar, cuando un funcionario colombiano expresó que la isla “no pertenecería al Perú”. Tras ese episodio, Colombia ofreció disculpas y el tema se dio por cerrado. Sin embargo, la reciente acción legislativa peruana ha reactivado la controversia.
Desde el Congreso peruano, algunos legisladores calificaron las declaraciones de Petro como una provocación innecesaria. El congresista Alejandro Muñante cuestionó las intenciones del mandatario colombiano, afirmando que podría estar “creando un conflicto para desviar la atención de sus problemas internos”. La situación, aunque aún diplomática, podría escalar si no se restablecen canales de diálogo bilaterales.